3/9/09

Clave Orión


Siento una especial fascinación por los faros (lighthouse, casa de luz). Si hay algo que sin haberlo vivido puedo experimentar casi en carne viva, es la emoción de un marinero perdido en medio de la bruma, en medio de un temporal, en medio de olas como montañas, y que, en la noche más negra, alcanza a descubrir la estela de un faro. Lo he imaginado tantas veces por estos finisterres que casi forma parte de mi educación sentimental. En estos confines nació y murió uno de mis poetas más queridos. Por la boca de esta ría tan sembrada de arrecifes que sólo deja una estrecha franja navegable, que aquí llaman "o carreiro de Aguiño" (el sendero de Aguiño), dejó atrás el faro de Corrubedo y partió el poeta en una singladura que inspiraría algunos de los mejores poemas de la literatura gallega.


El poeta se llamaba Manoel Antonio y murió tuberculoso, y muy joven (no llegó a cumplir los 30 años), como Robert Louis Stevenson (apenas 44 años). Y como RLS amaba navegar y concebía la navegación como escritura y escribir como una gramática de lejanías y una caligrafía de abismos. Os dejo uno de los poemas que le dedicó a los faros Manoel Antonio:

Hai un faro
Petando nas tebras
cun matinar sonámbulo
tres lóstregos
Silenzo.

Hai un faro
Por antre a noite morte
fai ronseles no mar
que naufragan decote.
Silenzo.

Hai un faro
E agarda polo ninguén
que adiviñe a chamada
do irremediábel solagado lonxe.

Hai un faro
Alén.


Pensándolo bien, no me resisto a dejaros otro poema, uno de sus S.O.S, que también habla de un faro, pero de muchas otras cosas, como nadie hablaba por estos confines en los años 20 (Manoel Antonio murió en 1930), y además hay tanto humor y melancolía en él que vale la pena transcribirlo. Aclaro, no en gallego normativo, sino en el gallego en que lo escribió el poeta. Aún no me explico cómo alguien se atreve a corregir la voz de un poeta. Aquí os dejo este S.O.S:

Todos presentíamos que a noite
preparaba algún sofisma
E o faro estraviado
daba o S-O-S
no morse
-clave Orión-
das estrelas

Eses brazos abertos da vela
son os mesmos do vento
que se despreguizou
Na man do Mar esquencidizo
os loceiros peteiran a bicada
A estrela dos cabarets
cun cigarro nos beizos
pide lume aos catro puntos cardinaes
Pola Galaxia chea de seixos
un astro vello vai co seu farol

Que dan os almanaques
pra esta meia-noite?
Pero aínda non sabemos
de que banda vai chegar a meia-noite
E o faro estraviado
vai esgotar o seu stock de S-O-S.



RLS pertenecía a una estirpe de constructores de faros, su abuelo Robert, su padre Thomas, su tío David Alan. Su tío David Alan construyó una de la joyas de la aquitectura marítima, el faro de Bell Rock.

Faro de Bell Rock

Sección del faro de Bell Rock
durante su construcción


Los hermanos Thomas y David Alan construyeron el faro de St. Abb's.

Faro de St. Abb's

El abuelo Robert construyó una obra maestra, el faro de Skerryvore, cantado por RLS en un bello poema.

Faro de Skerryvore

Faro de Skerryvore


SKERRIVORE

Por el amor de las palabras bellas
y recordando a los de mi linaje
que en el ventoso océano,
años atrás y en tiempos más recientes
pusieron una estrella a los marinos
donde hasta entonces sólo había espuma,
cormoranes y focas:
yo ahora en el dintel de esta cabaña
escribo el nombre de una fuerte torre.

(Traducción de Carlos Pujol)



Cabe imaginar de qué hubieran hablado si RLS y Manoel Antonio se hubieran conocido, pongamos por caso en una taberna de un Valparaíso de un universo paralelo que, según las últimas hipótesis de los cosmólogos, a la luz de las teoría cuántica y de las supercuerdas, no sólo es probable que exista, sino que sería inconcebible que no existieran. Estoy casi seguro de que se hubieran congeniado. En realidad no les hubiera hecho falta hablar. Quizá tan sólo cantar. Una balada. O un alalá. Una canción de marineros. Y luego un silencio, primero largo y luego hondo, para escuchar, primero el viento y luego los adentros. Uno en Edimburgo, el otro en Rianxo. Por supuesto en clave Orión.

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