20/9/09

La rosa secreta

Escultura de Silverio Rivas en la Alameda de Tui,
en memoria de los represaliados
del Baixo Miño en 1936.

Poco antes de las seis de la tarde empiezan a reunirse en la Alameda los asistentes al 10º aniversario de la colocación del monumento,



El acto comienza con música, Tino Vaz (1) interpreta O romance da Maruxa,




y Pancho Ávarez, con el violín, el tema Maruxa. Debe ser que la memoria, como la República, es una mujer y se llama así.


Pepe Álvarez Cáccamo leyó el poema Crónica do espanto que invoca la memoria de aquel verano del 36 en Galicia, en Tui,


con versos preñados de ira, donde conviven los verdugos y las víctimas, con nombres y apellidos, y levantan acta de la sangre vertida, de la maquinaria asesina, del insomne liberticidio a manos de las hordas de los amaneceres negros, engolfadas en los gritos de viudas de veintipocos años que encanecían en cuestión de horas, en el terror de los huérfanos, en el desamparo de las últimas voluntades de los que iban camino del martirio, en un plan calculado de exterminio de quienes defendían los valores que habían hecho posible el advenimiento de la República: asesinaban la razón y la esperanza. Y habrían conseguido su propósito si no fuera por quienes desde la resistencia en el monte, en el exilio, en la lucha clandestina, en el silencio, durante a longa noite de pedra, mantuvieron viva la rosa secreta de la memoria, que hoy celebrábamos en Tui. En realidad, lo único que podíamos celebrar: que recordábamos, que recordamos, que recordaremos. Recordar y acompañar a las viudas, a los hijos, a los nietos de quienes fueron fusilados, paseados, represaliados aquel verano del 36. Aunque fuéramos pocos, aunque fueran aún menos los jóvenes, aunque cada año sólo seamos más... viejos. Porque, como nos recordaba hoy Miguel Cuña que se lee en el Prometeo encadenado, no hay mayor traidor que quien se aparta de los que sufren, y cabe añadir que quien olvida a los que sufrieron, a los que cayeron baleados, mutilados, profanados, en las cunetas, en los muros, en las tapias de los cementerios. Quien desiste en el aquel de resistir y mantener viva la rosa secreta.

(1) Yo había escrito "Abad" y, como podéis comprobar, le debo al comentario de omundodecostas la precisión sobre el apellido -Vaz- del músico y lo corrijo el 4 de noviembre de 2009.

2 comentarios:

  1. Saúdos dende omundodecostas,afervoado seguidor desta Escola dos Domingos,que hoxe entra no teu blog por unha porta traseira (seguindo a referencia ao Pepe Cácamo cheguei atá aquí).
    Un apunte, é Tino Vaz (que non Abad), e o seu apelido xa o delata como guardés de pura cepa. E sei que o romance fíxoo el mesmo, versificando algunhas historias recollidas de viva voz dese tempo que tan ben evocas nun derradeiro párrafo demoledor.
    E ben adoptado está o nome de Maruxa como o da esperanza e a memoria anovadas da república, xa que logo a outra Maruxa, compúxose cando a meniña do Pancho mexíase no berce...

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  2. Gracias, omundodecostas, tomo nota sobre Tino VAZ.

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