7/5/09

Idea

Idea Vilariño


El viernes pasado, 1 de mayo, hojeando un periódico mientras desayunaba en el hotel de Lisboa me entero de la muerte de Idea Vilariño el 28 de abril en Montevideo. Una poeta de la que supe hace poco más de un año, poco antes de que se publicara su Poesía completa en Lumen que ahora tengo aquí al lado. Algunos de sus versos más desgarrados y tristes se reúnen en los Poemas de amor dedicados a Juan Carlos Onetti a quien amó en carne viva, una historia de amor que a estas alturas se ha hecho carne de mito literario. En palabras de Antonio Muñoz Molina, Poemas de amor ofrece la imagen de una pasión más completa que la que pueda ofrecer una novela con toda su retórica. Los poemas más dolorosos. Los más desolados.

Idea Vilariño nació el 18 de agosto de 1920 en Montevideo. Era hija de Leandro Vilariño, un calero gallego, anarquista y poeta, y de Josefina Romaní. Leandro les puso a sus cinco hijos Poema, Azul, Alma, Idea y Numen. El padre les recitaba poemas suyos o de otros y la madre les hacía escuchar ópera. Fue Idea, y no Poema, quien heredó y cultivó el venero lírico que el padre frecuentaba, y ya hacía versos cuando aún no sabía escribirlos: Mi padre era un gran conocedor de formas y ritmos, y tal vez el mejor lector de poemas que conocí: hacía oír el sonido, los acentos, le contó Idea hace ocho años a Elena Poniatowska. En el hecho poético el ritmo es esencial, ésa fue la gran lección que aprendió del anarquista Leandro. Luego, en la adolescencia, llegó el descubrimiento que lo cambió todo:

A los once años me quedé mirando en un espejo mis ojos serios, adultos. Fue una conmoción profunda saber que estaba ahí -persona, no niña-. Como estoy hoy. Los ojos siguen estando. Simplemente hubo zonas que al ser tocadas se pusieron a vivir. Pero siempre supe todo.

Pude ser profesora o no (fue profesora de literatura de secundaria). Sola o no. Música o no (tocaba el violín). Traductora de Shakespeare o no (tradujo a Shakespeare con primor). Estudiosa de la prosodia no. La poesía no fue accidental. Mi poesía soy yo. Por eso no me interesaba publicar; es más deseé no haber publicado nunca. Escribir era otro asunto. Lo que decía era privadísimo y no buscaba llegar a otro, comunicar. Publicar fue tan contradictorio, tan poco coherente como seguir viviendo cuando sabía, y cómo, cuando pensaba lo que pensaba del hecho de vivir. Estas incoherencias fueron difíciles de sobrellevar. A esta altura nada importa.




Se la considera la gran poeta de Uruguay y para toda una generación la voz de la resistencia a la dictadura. Aquí os dejo uno de mis poemas favoritos de Idea Vilariño, cómo no, uno de sus Poemas de amor, el titulado Ya no, de 1958, tan doloroso y desolado, tan profético:


Ya no será
ya no
no viviremos juntos
no criaré a tu hijo
no coseré tu ropa
no te tendré de noche
no te besaré al irme
nunca sabrás quién fui
por qué me amaron otros.
No llegaré a saber
por qué cómo nunca
ni si era de verdad
lo que dijiste que era

ni quién fuiste ni qué fui para ti
ni cómo hubiera sido
vivir juntos
querernos
esperarnos
estar.
Ya no soy más que yo
para siempre y tú
ya
no serás para mí
más que tú. Ya no estás
en un día futuro
no sabré dónde vives
con quién
ni si te acuerdas.
No me abrazarás nunca
como esa noche
nunca.
No volveré a tocarte.
No te veré morir.


Idea Vilariño con Onetti, cuando lo visitó
en Madrid en 1987, la última vez que se vieron.


En el Vicanso, un bar que frecuentan todos los marineros de Aguiño, puede verse una foto de gran tamaño enmarcada de un mareante gobernando una dorna a vela, se trata del padre del dueño del bar. Puede leerse claramente el nombre de la embarcación: Idea.

Cuando caigo por allí por el aquel de escuchar las voces de lo marineros sobre el rumor del oleaje, me siento bajo la fotografía de Idea y me acuerdo de la hija del poeta anarquista gallego del otro lado del océano, ahí enfrente y más allá, al sur del sur, la poeta con nombre de dorna a vela, que cultivaba las palabras como aquí cultivan el mar. La que escribió hace cincuenta años:


Por allá estará el mar
el que voy a comprarme
que veré para siempre
que aullará llamará
extenderá las manos
se hará el manso
el triste el olvidado
el azul el profundo
el eterno el eterno
mientras los días se vayan
la vida se me canse
el cuerpo se me acabe
las manos se me sequen
el amor se me olvide
frente a su luz
su amor
su belleza
su canto.


Me acuerdo de Idea.


2 comentarios:

  1. Preciosa y emotiva reseña biográfica y sentimental que has hecho sobre la poetisa Idea Vilariño. El poema que has seleccionado es desgarrador y sublime. Y excelentes posts los anteriores sobre Lisboa. Gracias por hacernos partícipes. Un saludo.

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  2. Esta madrugada releí algunos poemas de Idea y acabo de leer el comentario de Manuel -gracias,compañero-, entonces pensé que quizá necesitaba cerrar el círculo y aliviar el desgarro con la bendición que también se encuentra en su poesía. Por eso añadí a la entrada de ayer "Por allá estará el mar".

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