19/2/09

El fotógrafo

Acabo de enterarme que ha muerto Pepe da Portuguesa. Era el fotógrafo de mi parroquia. Hizo mis primeras fotos: se me ve de la mano de mi padre en la fiesta de Sta. Marina, con un corderito en brazos, llevando de la cuerda a un ternero, sosteniendo una vela en una procesión... Esas fotos que mi madre guarda en una caja y nos enseña cuando el hilo rojo de la memoria se enreda en los pasos del tiempo. Fotos en blanco y negro. Fotos de aldea. En la frontera.

Un día, Pepe da Portuguesa desapareció. Recuerdo como si fuera ayer a mi padre contándonos, a la hora de cenar, que Pepe había tenido que huir. Por lo visto se había peleado con un ex-combatiente y le había sacado un ojo de cristal. Les llamaban ex-combatientes a los que había combatido con Franco. Los que habían combatido con la República -muertos, en la cárcel o en el exilio- no eran ex-combatientes, eran la "canalla roja" o simplemente "putos rojos". Total, que la parroquia se quedó sin fotógrafo.

Más adelante supimos que andaba por Francia. Después, que se había casado. Sólo volvió para enterrar a su madre. Con el tiempo se jubiló y se marchó a vivir a Benidorm donde pasó sus últimos años. Apenas guardo una velada imagen de su presencia, casi no distingo ya su rostro pero sí la cámara colgándole del cuello. No era un gran fotógrafo, pero sus fotografías conservan el aura de un tiempo, las huellas del pasado, las imágenes de la infancia; cartografían lo que queda de una patria perdida, quién sabe si la verdadera, ya para siempre irrecuperable.

Pepe da Portuguesa era contemporáneo de un gran fotógrafo, Virxilio Viéitez, que murió el 16 de julio del año pasado. Virxilio Viéitez también era un fotógrafo de pueblo, de Soutelo de Montes, donde montó su estudio en 1955, justamente el año en que nací. Como no tengo aquí ninguna de las fotos que Pepe me hizo, voy a traer en su memoria una de Virgilio Vieitez, que hubiera podido hacerme él y en la que también me reconozco, yo podría haber sido este niño, incluso tuve un avión como el suyo.



Sirva esta imagen de infancia como homenaje a Pepe da Portuguesa, el fotógrafo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario