Un aire frío, diáfano y brillante envolvía el Con de Agosto. La luz arrancaba destellos argentinos en los cantiles de la Illa de Rúa y rompía en un clamor de grises más allá de Sálvora, atronando sobre la línea del horizonte.
-No te quejarás. Es un cielo como los que te gustan. Hay tantos grises que no se pueden contar y la luz no puede caer más "deitadiña". Estarás contento.
-Estoy deprimido.
-¿Por qué?
-Ya sabes por qué.
-Pero eso fue el miércoles. Y hoy es sábado.
-Pero duele como si fuera miércoles.
-No será tanto. Comiste con mucho apetito.
-Para olvidar.
-Y escribiste tres entradas desde el miércoles.
-Para quitármelo de la cabeza.
-Y ya no estás preocupado.
-¿Cómo voy a estar preocupado si estoy deprimido?
-No sé si te prefiero preocupado imaginando que no les va a gustar la película que quieres hacer o deprimido porque ya has confirmado que, definitivamente, no les gusta.
-A C. le gusta.
-Pero a A. y a B. no.
-No me lo recuerdes.
-Y L.
-Ni la nombres.
-L. piensa que la película que quieres hacer no tiene ni pies ni cabeza. Que es...
-Por favor, no repitas la palabrita.
-L. piensa que es incoherente la película que quieres hacer con el guión que escribiste.
-Eres genial hurgando en la herida.
-Y eso que pasaste cuatro meses dándole forma a cada escena, a cada plano, a cada detalle, dejándote la piel. Sacándote la película de dentro, de donde más te dolía, de donde te acorazabas en el silencio.
-Yo no quería. Tú me obligaste.
-Yo y nuestro hijo.
-Los dos contra mí.
-Es incoherente.
-¡Otra vez la palabrita!
-Es incoherente.
-Y dale. ¿Así que estás de acuerdo con L.?
-L. es idiota.
-Menos mal.
-Y tú serías igual de idiota si dejas que te deprima lo que diga L.
-Es fácil de decir. Tú no estabas allí. Tú no escuchaste el tonillo.
-Porque ella jamás conseguiría escribir ni una línea de tú guión ni podría imaginar una escena de tu película.
-Pero dijo que era... incoherente.
-Qué sabrá ella. Es lo mejor que has escrito nunca.
-Eso quizá no sea decir mucho.
-Te vaciaste en esa película.
-Eso es verdad.
-Y hoy tienes delante un cielo como los que te gustan.
-Y te tengo a ti.
-Puedes contar con eso.
-Entonces no puedo quejarme.
-Eso es coherente.
-Casi me dan ganas de...
-Hazlo.
¿Acaso hay algo malo en ser incoherente?...Los absolutamente coherentes son con frecuencia absolutamente aburridos.
ResponderEliminarUn abrazo
si conto o que me pasa quizais diga o quero dicir: levo (levaba) 20 minutos cos dedos pousados sobre as letras do teclado, paralizado
ResponderEliminaré difícil estar a altura dos teus horizontes, mirar cara a cara ese mar, é difícil
nalgún sitio deben saldar os adxectivos e hai quen pensa que é gratis dicilos así polas boas, non
non Daniel, as palabras saen caras, quen non as conquistou, nin as seduciu, nin as amou, qué pode dicir, qué saberá
pasan máis minutos, que torpeza a miña, ti xa sabes o que bule neste silencio
o asombro diario polo que escribes, esta sec. fronte ao Con de Agosto ext día, a rabia, e a miña man por se vale de algo
faino
unha aperta
Iré al estreno.
ResponderEliminarUna buena forma de expresar el estado de ánimo, curioso diálogo .
ResponderEliminarEs una pena que tropecemos en la vida con personas que nos desilusionan y más cuando uno ha trabajado tanto, espero que no tengas que depender económicamente de ella para sacar la película.
Tienes una profesión muy ingrata y que lidiar con muchos ignorantes .
Siempre adelante.
El guardián entre el centeno una gran obra
Un saludo