3/6/10
La reina de Saba
Cuando tenía quince años, hace casi cuarenta, Fermín Bouza Brey -poeta, etnógrafo, investigador del paleolítico de estas tierras de Barbanza, fundador del Seminario de Estudios Galegos en 1923, colaborador de la revista Nós, y tantas cosas más- me enseñó la catedral de Santiago. Y me contó el Pórtico de la Gloria. Los instrumentos de los músicos sonaban, los profetas hablaban y Daniel sonreía más que nunca contemplando a la reina de Saba. Fermín Bouza Brey ponía las palabras y el Maestro Mateo las imágenes y las piedras resucitaban. Era una película, de época -medieval-:una superproducción. Para mí solo. No sé cuánto duró aquella visita a la catedral, dos horas quizá. Inolvidables. Reviví aquel relato bajo el Pórtico de la Gloria muchas veces, sobre todo, el episodio del profeta Daniel que don Fermín, sabiendo cómo me llamaba, contó, creo, con especial primor: cómo mi tocayo, el profeta, sonríe pícaro contemplando los pechos de la reina de Saba, unos pechos tan esplendorosos que la curia ordenó reducirlos, tan desvergonzada les resultaba la mirada gozosa de Daniel. Con los años llegué a convencerme de que aquella historia era una licencia literaria que se tomaba don Fermín para adornar el relato y cautivar aún más, si eso era posible, la atención de aquel adolescente encandilado.
Estos últimos meses seguí por la prensa las incidencias en el proceso de restauración del Pórtico de la Gloria. El equipo multidisciplinar -biólogos, físicos, restauradores, historiadores- dirigido por Concha Cirujano ha estudiado el comportamiento de la piedra durante las cuatro estaciones a lo largo de un año, esta fase de monitorización ambiental acaba este mes de junio y sólo a partir de los resultados se procederá a la intervención sobre el Pórtico. Uno de esos estudios previos se centra en determinar la composición exacta de la piedra empleada en la obra del Maestro Mateo. Una piedra que, al disgregarse por efecto de la humedad, altera la policromía de las figuras. Por lo visto se emplearon cuatro tipos de piedra de canteras próximas a Compostela, la de grano grueso se localizó en el yacimiento de Conxo-Vidán y para identificar los demás tipos el equipo de Concha Cirujano tomó muestras en Pedrosa, Aradas, Rocha Vella o Queiroal. ¿Recordáis? Topónimos.
El sábado me llamó David Pérez Iglesias para invitarme al último día de rodaje de la película de cortometraje -una de terror- con sus alumnos de ESO del IES, en Porto do Son -otro hermoso topónimo-. ¡Un sábado! Y aún quedan días dedicados a montar y sonorizar, días más allá del horario escolar. Y luego dicen que los profes no trabajan y tododiós celebra que les bajen el salario y los políticos se llenan la boca con palabros como dignificación del trabajo docente. Es que no tienen vergüenza. Pues eso, que David do Son -aunque vive en Noia y es de Seárez, en Ames, como David do Son lo tengo en la memoria del móvil- me llamó el sábado para que fuera a compartir con él la grabación de las últimas escenas del corto -de terror-. Mientras hablábamos escuchaba a sus alumnos preparando el set, colocando focos, atrezando. Fue una lástima, íbamos camino de A Coruña a una cita que no podíamos prorrogar. Me contó que había seguido también los estudios preliminares del Pórtico de la Gloria y, cuando se enteró de que trataban de localizar muestras de piedra del tipo de las allí esculpidas, le escribió una carta a Concha Cirujano donde le comunicaba que en su aldea había un lugar llamado Canteira da catedral. Topónimos.
Supongo que David no esperaba respuesta, pero se pusieron en contacto con él y lo invitaron a ver los trabajos preliminares que ocupaban al equipo de restauración. Y pudo contemplar en condiciones privilegiadas el Pórtico de la Gloria, escuchar a treinta centímetros de los profetas las explicaciones de Concha Cirujano sobre los procedimientos para obtener los pigmentos empleados en las policromías, el color decantado del lapislázuli, un material aún más preciado que el oro para los pintores del Pórtico... Luego acompañó a Concha Cirujano y compañía hasta Canteira de catedral, adentrándose entre tojales por senderos atorados, para obtener las muestras de piedra por si coincidieran con las esculpidas por el Maestro Mateo. Como Fermín Bouza Brey, también David (do Son) se reservó para el final la historia de mi tocayo, el profeta de la sonrisa encendida. La reducción de los pechos de la reina de Saba no fue una licencia de don Fermín para captar mi atención -tampoco le hacía falta-, Concha Cirujano le mostró cómo se aprecia claramente que los pechos de la pobre reina de Saba fueron rebajados a cincel. De la pobre reina de Saba, dijo David. Pobre Daniel, digo yo también.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Pues sí, pobre Daniel...me ha encantado la entrada, espero que no te moleste pero me he sentido como leyendo "el lápiz del carpintero"
ResponderEliminar¿Como osaron tocarle los pechos a la reina?
ResponderEliminarSegún veo a Daniel no le borraron la sonrisa.
Su retina guarda los hermosos pechos primitivos por los siglos de los siglos.
Que envexa, Bouza Brey contándoche o Pórtico da Gloria¡
ResponderEliminar