En una de las primeras escenas de Delitos y faltas (1989), vemos a Cliff (Woody Allen) con su sobrina Jenny (Jenny Nichols) en el Bleecker St. Cinema, pasándoselo de miedo con Carole Lombard y Robert Montgomery en Mr. & Mrs. Smith de Hitchcock.
El tío Cliff le prometió al padre de la criatura en su lecho de muerte que le daría a la sobrina la mejor educación posible.
Me temo que no deberíamos ir al cine todos los días. Sólo de vez en cuando. Aunque me encanta... le confiesa el tío Cliff a Jenny. Pero lo dice con la boca pequeña. Y ella lo sabe. Sabe de sobra que va a seguir yendo al cine todas las tardes. Al Bleecker Street Cinema.
El Bleecker St. Cinema
en el 144 de Bleecker Street en Nueva York.
(Fotografía de Robert Otter.)
Entre 1962 y 1990 el Bleecker St. en Greenwich Village fue uno de los templos del (mejor) cine de Nueva York. Un refugio para el cine independiente, el cine de autor, los clásicos, las rarezas. Ariel de Kaurismäki fue una de las últimas películas que se proyectaron en el Bleecker St. Truffaut solía frecuentarlo cuando iba a Nueva York. Y Woody Allen le rinde tributo en Delitos y faltas. Las escenas del Bleecker St. Cinema se rodaron en el otoño de 1988, apenas dos años antes de que el cine echara el cierre. Era uno de los cines favoritos de Woody Allen:
Por dos razones. En primer lugar por razones cinematográficas. Era una sala visualmente maravillosa. Tenía un aspecto realmente estupendo. En segundo lugar sus programas a lo largo de los años han sido maravillosos y solía ir con frecuencia al cine de la calle Bleecker, porque era uno de los lugares de la ciudad en el que siempre podías ver... Antonioni, Truffaut, Orson Welles... cineastas así.
O Casque d'or de Jacques Becker con Simone Signoret, como testimonia la fotografía de Robert Otter. La desaparición de cines como el Bleecker St. representó el fin de una época, el ocaso de una forma de cinefilia. Una escuela de los domingos donde uno podía procurarse una mala educación tan buena.
No hay comentarios:
Publicar un comentario