19/4/13

Memorias de Marienbad



El año pasado en Marienbad cultiva las disyuntivas. Las historias como memoria fermentada o las historias como fermentos de la memoria. La historia como forma de la memoria o la memoria como forma de la historia. Rastros del pasado en el río del presente (como veía la película Alain Resnais, su director) o afloramientos del presente en el mar del pasado (cómo la veía el escritor y cineasta Robbe-Grillet, su guionista). Personajes que viven una historia o personajes en busca de una historia que vivir. Lugares con historias o historias sin lugar que las cobije. Fantasmas huérfanos de una historia. Zombis de una memoria perdida. De una historia olvidada. El año pasado en Marienbad, con el tiempo, deviene conjuntiva.


Contar para recordar, para vivir, para recordar que se ha vivido una historia (que ella ha olvidado). Toda historia sucede siempre en el pasado. Se cuenta lo que ya ha sucedido (como se canta lo perdido). Salvo en el cine. En el cine hasta la memoria acontece en presente. Se transfigura en alquimia del tiempo que vivimos en el aquel de mirar. La vemos hilvanarse plano a plano en el curso de la proyección como tiempo destilado (y recobrado). Marienbad siempre es ahora. Sombra de una historia perdida en un laberinto de tiempo suspendido. En ninguna parte. Una memoria insomne.


Cuéntame toda la historia, dice ella. (O lo que es lo mismo: quién soy, que hago aquí. En fin: hazme que sea. Como me cuentes. Pero suéñame una historia de amor.) Se abren pasajes sin cuento entre uno y otro lado de la cámara, entre Alain Resnais y su musa de entonces Delphine Seyrig, iluminada por Sacha Vierny.


Creía recordar que a Ferlosio le gusta (o le gustaba) mucho El año pasado en Marienbad (de la cosecha de 1961, como La noche de Antonioni, Como en un espejo de Bergman, El buscavidas de Rossen, Accattone de Pasolini, Cleo de 5 a 7 de Agnes Varda o Esplendor en la hierba de Kazan.)


Y creía recordar también que había escrito algo sobre ella. La noche pasada encontré dos pecios sembrados (y sucesivos) en La hija de la guerra y la madre de la patria. En el primero, menciona El año pasado en Marienbad entre las contadas películas memorables de su vida. En el segundo, escribe quizá el mejor texto que haya leído nunca sobre el filme de Resnais.


"(Verano del 43, cine Chueca, sesión continua de 4 a 10, 4 películas, 2 pesetas) Antes de acabar de dejar por imposible el cine, hará unos 10 años, y quitarme para siempre de él, he visto muchísimas películas y algunas hasta algo buenas, pero ya sólo quiero recordar Tiempos modernos, La quimera del oro y también El año pasado en Marienbad." [Qué envidia, esas sesiones continuas de cuatro películas.]

Ella ríe.
El ríe también.

"(Marienbad) Todos los veraneos eran siempre el año pasado, su reiterativa, constante, rememoración. Qué escrupulosa, precisa, fidedigna y bien explicada interpretación de un grupo escultórico; ella debió de quedar muy admirada ante su perspicacia. La terrible mortificación de la terraza de la balaustrada: estaban allí de pie, todo el grupo, conversando, a seis metros de él, y hasta ella lo miró por un instante, como de soslayo; fue espantoso. Pero ¿cómo se sentaba a los pies de la cama? ¿Era así? No, no era así. ¿Así entonces? No, tampoco era así. ¿Y así? No, no, era de otra manera, de otra manera. Cien maneras de sentarse al borde de la cama, una tras otra en el recuerdo, todas fallidas, ninguna verdadera. Como tampoco es verdad que acabase marchándose con él; eso es lo que él querría que hubiese pasado el año pasado, que vuelve a querer que hubiese pasado cada vez que rememora. ¿Por qué, si no, seguir insistiendo inútilmente, repetir y volver a repetir indefinidamente el año pasado? No se trata de convencerse a sí mismo, eso está casi al alcance de cualquiera y de nada serviría; es al año pasado al que él se obstina en convencer. Tras el muro invencible del ayer lo cierto es que ella se quedó." [Sí, a que le contara la historia.]


El año pasado en Marienbad. Un memorial de la ficción. Un ficcionario de la memoria. Un melancólico musical de las formas de un cine perdido. Memorias de Marienbad.


No hay comentarios:

Publicar un comentario