El año pasado en Marienbad cultiva las disyuntivas. Las historias como memoria fermentada o las historias como fermentos de la memoria. La historia como forma de la memoria o la memoria como forma de la historia. Rastros del pasado en el río del presente (como veía la película Alain Resnais, su director) o afloramientos del presente en el mar del pasado (cómo la veía el escritor y cineasta Robbe-Grillet, su guionista). Personajes que viven una historia o personajes en busca de una historia que vivir. Lugares con historias o historias sin lugar que las cobije. Fantasmas huérfanos de una historia. Zombis de una memoria perdida. De una historia olvidada. El año pasado en Marienbad, con el tiempo, deviene conjuntiva.
Contar para recordar, para vivir, para recordar que se ha vivido una historia (que ella ha olvidado). Toda historia sucede siempre en el pasado. Se cuenta lo que ya ha sucedido (como se canta lo perdido). Salvo en el cine. En el cine hasta la memoria acontece en presente. Se transfigura en alquimia del tiempo que vivimos en el aquel de mirar. La vemos hilvanarse plano a plano en el curso de la proyección como tiempo destilado (y recobrado). Marienbad siempre es ahora. Sombra de una historia perdida en un laberinto de tiempo suspendido. En ninguna parte. Una memoria insomne.
Cuéntame toda la historia, dice ella. (O lo que es lo mismo: quién soy, que hago aquí. En fin: hazme que sea. Como me cuentes. Pero suéñame una historia de amor.) Se abren pasajes sin cuento entre uno y otro lado de la cámara, entre Alain Resnais y su musa de entonces Delphine Seyrig, iluminada por Sacha Vierny.
Creía recordar que a Ferlosio le gusta (o le gustaba) mucho El año pasado en Marienbad (de la cosecha de 1961, como La noche de Antonioni, Como en un espejo de Bergman, El buscavidas de Rossen, Accattone de Pasolini, Cleo de 5 a 7 de Agnes Varda o Esplendor en la hierba de Kazan.)
Y creía recordar también que había escrito algo sobre ella. La noche pasada encontré dos pecios sembrados (y sucesivos) en La hija de la guerra y la madre de la patria. En el primero, menciona El año pasado en Marienbad entre las contadas películas memorables de su vida. En el segundo, escribe quizá el mejor texto que haya leído nunca sobre el filme de Resnais.
Ella ríe.
El ríe también.
El año pasado en Marienbad. Un memorial de la ficción. Un ficcionario de la memoria. Un melancólico musical de las formas de un cine perdido. Memorias de Marienbad.
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