Aquel 25 de abril del 74, con los acordes de una canción en la voz de Zeca Afonso, Lisboa amaneció convertida en la capital del mundo para los hijos de la madrugada:
Somos filhos da madrugada
Pelas praias do mar nos vamos
À procura de quem nos traga
Verde oliva de flor nos ramos
Navegamos de vaga em vaga
Não soubemos de dor nem mágoa
Pelas praia do mar nos vamos
À procura da manhã clara
Lá do cimo de uma montanha
Acendemos uma fogueira
Para não se apagar a chama
Que dá vida na noite inteira
Mensageira pomba chamada
Mensageira da madrugada
Quando a noite vier que venha
Lá do cimo de uma montanha
Onde o vento cortou amarras
Largaremos pela noite fora
Onde há sempre uma boa estrela
Noite e dia ao romper da aurora
Vira a proa minha galera
Que a vitória já não espera
Fresca, brisa, moira encantada
Vira a proa da minha barca.
Después de la de ayer, podíamos haber empalmado hoy con una conmemoración del 25 de abril.
ResponderEliminarVaya momentos más emotivos. Se me pone la "gallina en piel", que diría Cruiff, el del BarÇa, jeje...
Un abrazo.
"Aqui
ResponderEliminardo silencio das gavetas
da pátria amordaçada
los peitos desfeitos pelas torturas da pide
subiu o clamor da liberdade
floriu Abril"
(Lisboa. Subiendo al mirador de Santa Lucia, a la izquierda)
Muchas placas como ésta tendría que haber por todo nuestro país si no hubiesen tragado con aquella Ley de Amnesia del 77.
Daniel: hemos coincidido en el tema y la imagen.
ResponderEliminar¿Por qué será?
Y es verdad lo del título de la entrada: el 25 de abril, será del 74 para siempre.
Un abrazo
Elías
Buen día para recordar.
ResponderEliminarEn España siempre lo recordaremos y yo de una manera especial,mi padre estaba allí.
Siempre luchando.
Un saludo