Andrés Saborit, Julián Besteiro,
Daniel Anguiano y Largo Caballero,
comité de huelga en Madrid en 1917,
en la cárcel.
En 1917 Julián Besteiro escribió un artículo en El Socialista con el título de la consigna para la huelga general: Cosas veredes. El líder socialista murió en 1940 en la cárcel de Carmona, tras haber sido condenado a treinta años de cárcel por un tribunal franquista tres meses después de acabar la guerra civil.Daniel Anguiano y Largo Caballero,
comité de huelga en Madrid en 1917,
en la cárcel.
Me acordé de aquel Cosas veredes ahora que se ha iniciado el procesamiento para suspender al juez Garzón por haber abierto la causa contra los crímenes del franquismo, un procesamiento que tuvo su germen en una denuncia contra el juez por los retoños de los fascistas. No me cae especialmente bien Garzón, aunque he de reconocer que me tomé un malta doble cuando consiguió "cazar" a Pinochet en Londres, aunque fuera provisionalmente. Pero que el único procesado por causa del franquismo sea un juez que abrió la causa contra el franquismo tiene su aquel... ¿esperpéntico?
No digamos el modisto de 'la arruga es bella' proclamando su fe en la propiedad privada y en la privatización de la sanidad y de la educación. Y, cómo no, en el despido libre. Eso sí, ni una palabra de las ayudas públicas de las que se benefició y se beneficia. Y tampoco ni una humilde palabrita a propósito de la privatización de la Iglesia, quiero decir privatización en favor de todos los que contribuimos, lo queramos o no, al mantenimiento de los curas, de las iglesias, de... porque ya puestos ¿por qué no? Podría contaros anécdotas jugosas a propósito de cómo pretendía a mediados de los noventa, cuando se le pasó por la cabeza dedicarse -también- al cine, que los guionistas escribiéramos sin cobrar un duro, porque al fin y al cabo era él quien iba a "mover"el proyecto. El paladín de la propiedad privada, hay que ver.
Y qué decir de ese rescate de Grecia emprendido por la Unión Europea. Cómo se les llena la boca a los políticos tirándoles de las orejas a los griegos, cuando no tuvieron los arrestos de tirarle de las orejas a la flor y nata del gran capital, no sólo eso sino que se rindieron definitivamente con armas y bagaje. Es muy curioso que cuando más fuerte era el capitalismo en los sesenta, setenta y ochenta, la revolución aún era un horizonte imaginable, y ahora que el capitalismo demostró de forma meridiana la ficción corrompida de sus tripas apenas nadie es capaz de concebir siquiera una alternativa. Bien, de acuerdo, habéis ganado, estamos ya para siempre derrotados como decía aquel poema de Méndez Ferrín, pero dejad en paz a los griegos. Al menos un respeto, si no por la patria, al menos por la matria de Homero. Al fin y al cabo, si avaláis o rescatáis la deuda griega es porque os conviene, pero no tenéis imaginación suficiente para concebir la deuda incalculable que tenemos con La Odisea, por poner un ejemplo.
Lo dicho, cosas veredes.
Es verdad Daniel que estamos derrotados pero no definitivamente derrotados. Cuando nos percatemos de la esclavitud a la estamos sometidos, abandonaremos la sociedad de consumo y quizás... en no tardando.
ResponderEliminarfelicidades por este espacio.
Ya ves, Daniel, qué caprichosa es la memoria. A mí esto me ha recordado a Antonio Banderas:
ResponderEliminarA propósito de un aniversario que no recuerdo, en cierta ocasión le preguntaron cuál era su película favorita, o la que en cierto modo le empujó a querer formar parte del mundo del cine, y él respondió "Matar a un Ruiseñor". Era joven cuando la vió por vez primera, y decía que pensó que en el cine existen películas hermosas, películas difíciles... y películas necesarias.
Creo que esta entrada es necesaria. Por ello, gracias.
Me alegro que difundas la mierda del modisto ,un personaje que supo de alguna manera vivir de los "progres" del momento,cobrar del estado y seguir explotando a sus trabajadores...
ResponderEliminarDa pena ver como Grecia está en boca del mundo...siempre el dinero.
Un saludo
La estupidez humana es ilimitada. La inteligencia, no. Y la bondad, no digamos.
ResponderEliminarMagnífico texto. Los voy leyendo poco a poco.
ResponderEliminarUn saludo