24/1/13

Ven y mira (Anselmo Ballester)


El ladrón de Bagdad (1940) 
de Ludwig Berger, Michael Powell 
y Tim Whelan.

Los carteles de cine también dicen "vuelve".

The Shanghai Drama (1938) 
de G. W. Pabst
Y "recuerda".

The Tall T (1957) de Budd Boetticher

Decía Fellini que los carteles de cine son como cancioncillas que te llevan de vuelta a ciertos momentos de tu vida y no dejan que los pierdas, no sólo te hacen volver a la película, te traen a la memoria la estación, el clima y el sabor de una época.

The Hunchback of Notre Dame (1939) 
de William Dieterle; 
aquí, Esmeralda, la zíngara.

Los carteles de cine, sobre todo algunos carteles de cine te devuelven lo perdido. Las colas, la algarabía, el olor a desinfectante, las galletas de coco, las butacas de madera, el calor de la pantalla y la humanidad prendida de un proyector de luna.

El hombre de Laramie (1955) 

El cartel de cine en Italia se llama il manifesto cinematografico.

Las zapatillas rojas (1948) 

Llamad a cualquier puerta (1949) 

On the Waterfront (1954) de Elia Kazan
aquí, La ley del silencio.

Como recordaba Gian Piero Brunetta, los carteles encendían nuestro sueños; ahora encienden nuestra memoria y pintan el cine de nuestra infancia. Basta ponerle los ojos encima a la obra del gran cartelista italiano Anselmo Ballester.

Man in the Dark (1953) de Lew Landers

M (1951) de Joseph Losey

El camino del pino solitario (1936) 
de Henry Hathaway

Spellbound (1945) de Alfred Hitchcock
aquí, Recuerda. 

La diligencia (1939) de John Ford

Heaven Can Wait (1945) de Ernst Lubitsch
aquí, El diablo dijo no.

Johnny O'Clock (1947) de Robert Rossen

Ride Lonesome (1959) de Budd Boetticher

T-Men (1947) de Antonny Mann; 
aquí, La brigada suicida.

Quai des Orfèvres (1947) 
de H. G. Clouzot; 
aquí, como en Italia, En legítima defensa.

Roma, città aperta (1945) 

Qué maravilla de composición, conjugando -con dinamismo y profundidad- escenas y tiempos, gráfica y tipografía, líneas y volúmenes, el color y las formas, luces y sombras.

Walk East on Beacon (1952) 
de Alfred L. Werker

The Long Haul (1957) de Patrick Allen

La città si difende (1951) 
de Pietro Germi

 
Assignment Paris (1952) 
de Robert Parrish; 
aquí, como en Italia, Destino Budapest.

Texas (1941) de George Marshall

L'amore (1948) de Roberto Rosselini

Sirocco (1951) de Curtis Bernhardt

Last of the Comanches (1953) 
de André De Thot

The Big Heat (1953) de Fritz Lang; 
aquí, Los sobornados.

My Name Is Julia Ross 1945) 
de Joseph H. Lewis

Deseos humanos (1954) de Fritz Lang

En la obra de cartelistas como Anselmo Ballester no sólo vuelven a vernos las peliculas, sino que los carteles devienen reliquias de un cine -y de una forma de verlo- que formó nuestra sensibilidad y llovió nuestra mirada.

Salomé (1953) de William Dieterle

The Lady in Question (1940) 
de Charles Vidor

Cover Girl (1944) de Charles Vidor; 
aquí, Las modelos.

You'll Never Get Rich (1941) 
de Sidney Lanfield; 
aquí,  Desde aquel beso.

de Orson Welles

Affair in Trinidad (1952) 
de Vincent Sherman; 
aquí, La dama de Trinidad.

Qué primores esos pliegues de los vestidos de las chicas.


Qué devoción destilan los carteles de las películas de Rita Hayworth.


Qué delicadeza de boceto para el cartel de Shangai Express de de Marlene y Sternberg.


Sí, tenemos que hablar de In a Lonely Place, cómo tardé tanto. Valga este cartel de Anselmo Ballester para la película de Nicholas Ray de 1950 como prenda de una promesa.

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