24/8/09

Las viejas más feas de Madrid

Españoles de la Nueve en París

A las siete y media de la tarde de un día como hoy hace 65 años, la Nueve se lanzó sobre París. La Nueve de la 2ª División Blindada del general Leclerc era una compañía integrada en su mayor parte por republicanos españoles, las ódenes se daban en español, y enarbolaban la bandera de la República en los blindados, que habían sido bautizados con los nombres de las batallas memorables de la guerra civil -Guadalajara, Belchite, Madrid, Brunete, Teruel...-, o con una declaración de principios en dos palabras en español afrancesado, Don Quichotte.

Españoles en el Don Quichotte

El capitán de la Nueve Raymond Dronne valoraba así a los españoles: Eran casi todos antimilitaristas [casi todos eran anarquistas y socialistas], pero eran magníficos soldados, valientes y experimentados. Si abrazaban nuestra causa espontánea y voluntariamente, fue porque era la causa de la libertad. Realmente, eran luchadores por la libertad.


Españoles en el Brunete

En realidad, aquel 24 de agosto de 1944 iban camino de París porque vivían la 2ª guerra mundial como una continuación de la guerra civil española. Avanzaban sobre París pero pensaban en Madrid. Llevaban ocho años combatiendo, primero en España, luego en África y ahora en Europa. Atravesaron Fresnes y Arcueil, y a las nueve menos cuarto de la tarde estaban en la Puerta de Italia. Habían llegado a París. Cruzaron el puente de Austerlitz, recorrieron la margen derecha del Sena y llegaron al ayuntamiento en la plaza del Hôtel de Ville a las nueve y veintidós. Empezaba a anochecer. El blindado que abría la marcha era el Guadalajara. Detrás venían los Teruel, Ebro, Guernica, Belchite, Madrid, Brunete. Y no faltaba el España cañí.


Los españoles del Guadalajara
en la plaza del Hôtel de Ville en París



Uno de esos españoles era el anarquista gallego Cariño López, el tirador estrella del cañón antitanque del 57. En realidad se llamaba Ángel Rodríguez Leira. Tomó el nombre de guerra del pueblo de la costa norte donde nació y faenó como pescador. Combatió durante la guerra civil y, tras la derrota de la República, consiguió salir de Alicante en una barca con una docena de compañeros y varios quilos de naranjas como provisiones. Durante la batalla de Ecouché estuvo 24 horas pegado a su cañón antitanque reventando blindados alemanes. Recibió la Cruz de Guerra con palma. Llegó hasta el corazón de Alemania, hasta Berchtesgaden, el Nido del Águila, con la 101 aerotransportada, y se llevó las sábanas de Hitler como botín de guerra. Murió en 1975, poco antes que Franco, sin haber vuelto a casa. Pero aquel 24 de agosto de 1944 en París se sintió muy cerca, no de la patria -era un anarquista, no lo olvidemos- pero sí, como le gusta decir al maestro, de la matria, de Cariño.

El Guernica en el desfile de la Liberación
en los Campos Elíseos.
Los rojos españoles cantaban
Ay, Carmela.


Días antes en el Midi, los guerrilleros comunistas españoles liberaban la región pirenaica del Ariège tras las batallas de Foix -el 19 de agosto-, la de Prayols -el 20 de agosto- y la de Rimont -el 21 de agosto- donde un gallego de Olveiroa, Máximo Hinguilde Maseira, con una ametralladora en medio de la carretera de Rimont mantuvo a raya a los nazis de la División Vlassov que incluían a soldados y oficiales de la antigua División Azul mientras sus camaradas ocupaban posiciones de combate más favorables.


Maquis del Ariège

Rojos españoles que, tras la derrota de la República, fueron considerados "indeseables" por buena parte de la prensa y la población francesa -con la complicidad de buena parte de la izquierda-, y que fueron recluidos en campos de concentración en las arenas de las playas del sur de Francia y/o en las arenas del desierto del norte de África, cuando llegó la hora de la verdad fueron los primeros en coger las armas y continuar la lucha, la misma lucha, la misma guerra, la misma causa. Cuando luchaban en África, en Francia o en Alemania, luchaban en España.

Españoles en el Madrid

Como el anarquista canario Miguel Campos, una de las leyendas de la Nueve y uno de los héroes de Ecouché, que, mientras combatía en la 2ª División Blindada en el Ebro, se tomaba su tiempo para "alijar" armas del campo de batalla que iba cargando en un blindado "fletado" con ese propósito, para cuando llegara el momento de volver a casa. Actividades sobre las que Dronne hacía la vista gorda, tanta era la admiración que sentía por el combatiente anarquista. En diciembre de 1944, Miguel Campos desaparecerá en una de esas misiones "personales".

Robert Capa en 1944

Uno de los testigos de la entraba de la Nueve en París fue Robert Capa que consiguió encaramarse en el blindado Teruel presentando como credenciales sus simpatías por la causa republicana durante la guerra civil. En sus memorias, Ligeramente desenfocado, cuenta su entrada en París con los rojos españoles:

Chicas de ligeros vestidos estampados subían al tanque para besarnos y muy pronto tuvimos la cara cubierta de carmín barato. El más guapo de mis españoles se llevó más de lo que le correspondía, pero murmuraba: "Cómo me gustaría que en lugar de las chicas más guapas de París me estuvieran besando las viejas más feas de Madrid".

Un blindado de la Nueve en París

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