3/8/14

La chica y el monstruo


The Seven Years Itch -titulada aquí La tentación vive arriba- no figura entre las películas de Wilder que prefiero, ni mucho menos, y es una lástima porque se estrenó en 1955, el año que nací, y Marilyn no estrenó otra película en esa fecha. Se trata de un filme menor en la obra de Wilder con algunos momentos perdurables gracias a  Marilyn. No es el mejor para mi gusto, pero sí el plano más célebre de la película, cuando ella se alivia de los ardores de un verano neoyorquino en las rejillas de ventilación del metro, y el aire le levanta la falda del vestido obra de William Travilla.

Wilder con Marilyn en el rodaje 
de la famosa escena 
de The Seven Years Itch
(Fotografía de George Zimbel.)

Uno de esos momentos perdurables de La tentación vive arriba a los que me refería ocurre justo antes, mientras Marilyn y Tom Ewell (que encarna al rodríguez protagonista) salen del cine. Acaban de ver Creature from the Black Lagoon -aquí La mujer y el monstruo-, una película de Jack Arnold estrenada en 1954.


Vienen caminando (la cámara los acompaña con un travelling) y la chica tiene ganas de palabrearla, salta a la vista que la pantalla tocó su corazón:


-¿No le ha gustado la película? A mí, sí. Pero me da pena que el monstruo tenga ese final.
-(Estrecho de miras.) ¿Lo siente? ¿Qué quería, que se casara con la chica?
-(Marilyn se para y se gira hacia él.) Parece malo... (Vuelve la mirada al frente y habla como para sí.) Pero en el fondo sólo quería un poco de cariño. Saberse amado, necesitado, deseado. (Y lo mira. Dichosa por haber conseguido -ella, una chica de pocas luces- alumbrar el sentido de su sentir.)
-(Por decir algo, sin enterarse de nada.) Qué punto de vista más interesante.


Bénard da Costa se encargó personalmente de escribir el comentario al pie de un fotograma de Creature from the Black Lagoon en el catálogo de un vasto ciclo de cine de ciencia ficción (de más de cien películas) que había programado: Marilyn tanto falaba neste film... Marilyn hablaba tanto de esta película. Es obvio que se trataba de una línea juguetona; es el personaje, no Marilyn, quien habla del filme de Arnold en el de Wilder.


Pero Bénard da Costa se refirió siempre a La mujer y el monstruo como la película favorita de Marilyn. Quizá porque sabía -sabemos- que las líneas del personaje de la chica -the girl- en el guión aludían al monstruo que ella despierta en el rodríguez, pero sentía -sentimos- que Marilyn hablaba de ella misma, sin saberlo quizá, pero ya sentía, o mejor, presentía su deriva trágica (esa derrota que late en las marilyns que pintó el maestro). La chica y el monstruo.  

No hay comentarios:

Publicar un comentario