El Sueño para el invierno de Rimbaud era uno de nuestros poemas cuando Ángeles y yo éramos unos niños y nos escribíamos cartas. Y hasta nos pasábamos las tardes cocinando versiones nuevas de aquellos versos nuestros, porque como decía el cartero -el de El cartero (y Pablo Neruda)-, aunque nosotros no lo diríamos tan bien, la poesía no es de quien la escribe sino de quien la necesita. Recordé aquel besito, como una araña loca / por tu cuello... y tomarnos nuestro tiempo para buscar esa bestia / que viaja tantísimo mientras leía Éramos unos niños, las memorias de Patti Smith sobre los años setenta en Nueva York y la historia de amor que vivió con el fotógrafo Robert Mapplethorpe como centro de gravedad.
Patti Smith en 1976 por Robert Mapplethorpe
El Jardín de versos para niños de Stevenson fue la biblia de su infancia; se vestía como Anna Karina en Bande à part de Godard para ir a trabajar a la librería Scribner's; cuidó de Janis Joplin en una habitación del hotel Chelsea; le encantaba rebuscar en las librerías de viejo; peregrinó a los lugares de Rimbaud; encontró inspiración para subirse a un escenario en Bob Dylan, Jim Morrison y Lou Reed; grabó Horses con John Cale en Electric Lady, el estudio que había montado Jimi Hendrix, y Robert Mapplethorpe la fotografió para la portada...
Cuando ahora la miro -escribe Patti Smith-, no me veo nunca a mí. Nos veo a los dos.
Un 25 de diciembre de hace unos años nos levantamos muy temprano y caminamos por la Calle Veintitrés en dirección al Hudson cruzando las avenidas vacías. Y ahora volví a aquel día recorriendo en las páginas de Patti Smith la Calle Veintitrés, el centro neurálgico de su memoria de aquellos años setenta. Cada vez que la escucho en Horses vuelvo a aquel tiempo en Nueva York mucho más sucio, caótico y desnudo -pero más real y quizá más vivo- que no pude conocer y sólo puedo ver por su voz.
No hay comentarios:
Publicar un comentario