15/12/09

Te podías estar calladita, memoria de m...

Era un rapaz, diez años o así. Al salir de la escuela, los chavales acostumbrábamos a parar junto a un largo muro sombreado por los cipreses. Era un ritual inevitable. Llegamos, dejamos las carteras en el suelo y nos colocamos en hilera frente al muro. Como si fueran a fusilarnos por la espalda. Entonces sacamos la pirola y empezamos a mear contra el muro. Ganaba la meada más larga. Pero un día, no sé por qué, volví solo. Atardecía y los cipreses vertían una sombra oscura sobre el paredón de las meadas. Era mi oportunidad. Hasta ese día no había ganado nunca. Me tomé mi tiempo. Nadie a la vista. La calle vacía y el largo muro para mí solo. Ya aspiraba a pleno pulmón el sabor de la victoria. Abro la cremallera, sacó despacio la pirola y dejo que lentamente vaya saliendo el chorro. Estaba tan a gusto que no sentí los pasos, sólo escuché un chac-chac que me perforó las entrañas: un tipo se acercaba desde el otro extremo del paredón abriendo y cerrando una tijera de podar, chac-chac, chac-chac. A medida que avanzaba me hablaba entre dientes con palabras como masticadas: Te voy a capar, te voy a capar...


Eché a correr hasta que no pude más. Cuando me senté, el corazón me reventaba el pecho y no me bastaba la boca para tragar aire. Entonces, descubro impotente un calorcillo húmedo resbalando por la pierna. Estaba tan aterrorizado que ni siquiera me había guardado la pirola, corrí todo el tiempo con ella fuera y ahora meaba sobre los pantalones. En ese momento aparecen los compañeros de clase y me sorprenden en aquel estado lamentable. Sentí que todo el terror que llevaba dentro se transformaba en una vergüenza que fuera a sobrevivirme.

5 comentarios:

  1. parece un verso de Manuel Antonio (ademais dunha biografía, bueno, parte dunha biografía) iso de...
    Kafka Nabokov Tui

    este ano, co de Uxío, imos quedar fartos de topónimos
    a min gústame ese que hai na saída 666 chegando a Vigo desde Ourense
    Sárdoma Moledo Naia

    sobre este comentario que estou escribindo diría: a cabra co vicio dá cos cornos no cú

    a memoria ataca con todo o equipo cando lle presta, a ela

    como non teño ideas propias lembrei dúas cousas
    unha en Faulkner, en the sound an the fury era algo así "You carry the symbol of your frustration into eternity" dille un pai a un fillo

    e outra de Ferrín: "maldita mocidade que non deixas de mexerte no fondo do sepulcro"

    como diría Borges, esa soidade, ou ese pano húmido da vergoña e do medo que te apadoma, "es un universal, no?, sería curioso que hubiese universales, no?" o que non di Borges é que cada un ten que tratar co seu

    unha aperta, hoxe dúas apertas, ou tres
    (dios, isto de ser galego vocacional canto traballo dá)

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  2. A veces me he preguntado si algunos recuerdos anteriores a los seis, siete años, lo son de verdad o en cambio son solamente sueños.

    Cómo magnifica la memoria las cosas pequeñitas y breves, ¿cierto?

    Besets

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  3. Mira...es que me has alegrado la mañana, que por otra parte no la llevo muy bien.
    Mientras leo, puedo ver la escena.
    Me entra la risa floja, no puedo parar, pero debo disimular porque hay gente a mi alrededor..
    En fín continuo con lo mío,cabeza agachada y riendo en silencio.

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  4. Enternece la historia. Y, en el fondo -desde el fondo de la distancia de los años- alegra el final feliz: más vale avergonzado que eunuco. ¿No?

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  5. Arredemo, que medo da pensar no chasquido desa ameazante tesoira tentando cercenar o noso minúsculo admíniculo¡
    E admiro o valor que tiveche que arrecadar para te enfrontares nos días seguintes os teus compañeiros da "turma do sisí", que dirían os veciños da outra banda do río.
    Sinto muito que a túa memoria te xogue tan malas pasadas, pero como lector agradezo o sorriso que me deixa como pouso.

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