Splendor (1989) de Ettore Scola
El espíritu de la colmena (1973) de Víctor Erice
Amarcord (1973) de Federico Fellini
The Last Picture Show (1971) de Peter Bogdanovich
Los viajes de Sullivan (1941) de Preston Sturges
Cadena perpetua (1994) de Frank Darabont
Delitos y faltas (1989) de Woody Allen
Shirin (2008) de Abbas Kiarostami
La rosa púrpura del Cairo (1985) de Woody Allen
Vivre sa vie (1962) de Jean-Luc Godard
Lo podemos todo sobre nuestras ideas, que no son nada, y nada sobre nuestras emociones, que lo son todo. (Godard)
Gracias.
ResponderEliminarSemejante caudal de fotos -entre las que me quedo con el rostro de Anna Karina, emocionada por el sufrimiento de Juana de Arco - me recuerda un cuento del que no recuerdo no autor ni título, aparecido en el volumen Cuentos de cine de la Editorial Clan. En él, una mujer ya mayor acude una día por casualidad al cine y en la pantalla, en ese espacio mágico a oscuras que es la sala, sufre un desmayo nada más ver la imagen de su nieto, que sale por casualidad en un momento, creo que en un reportaje sobre la Primera Guerra Mundial. La acción se sitúa en el París posterior a la Gran Guerra, en una de cuyas batallas encontró la muerte el joven, de forma que la única manera que tiene la abuela de ver el rostro vivo de sus nieto es en la pantalla, y de hecho prácticamente no se pierde ni una sesión, hasta que llega el momento de cambiar de programación y, en consecuencia, retirar la película. No revelaré el final, claro está, pero pocas veces el poder vivificador del cine se nos ha mostrado tan a las claras.
ResponderEliminarEl cuento en cuestión se titula La vieja y el cinema y el autor es Vicente Blasco Ibáñez.
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