6/10/12

Ven y mira (Iván Zulueta)


Este fue el primer cartel de Iván Zulueta que me llamó la atención.


No sólo sobre la feroz Furtivos (1975), sino también sobre el cartelista. La verdad es que de aquella película todo llamaba la atención, desde la fotografía de Luis Cuadrado hasta la descarnada Lola Gaos. Un filme distinto, tan distinto como el cartel que lo anunciaba. Tan distinto como el propio Borau, maestro de Zulueta en la Escuela Oficial de Cinematografía y productor del primer largometraje del discípulo, Un, dos, tres, al escondite inglés (1969). Dos (grandes) raros del cine español.


El cartel de Un, dos, tres... es el más conocido de los primeros carteles de Zulueta que, a principios de los sesenta, había trabajado en el taller de Jano, uno de los grandes cartelistas cinematográficos españoles:


Pero pronto se da cuenta de que, alejado de la línea gráfica del maestro e incapaz de sujetarse a ella, no pinta nada allí. El único cartelista español que le parecía especial era Mac, más estilizado y gráfico:



Zulueta viaja a Estados Unidos, experimenta la inmersión en el pop, perfila el gusto por el grafismo y la tipografía, y cuando vuelve, tras pasar por la E.O.C., aquellos primeros carteles llevan ya la huella de las formas que han cautivado su mirada, como el de Mi querida señorita (1971) de Jaime de Armiñán.


Pero será en Furtivos donde cuaja el gran cartelista que había en Zulueta: Siempre me han parecido fantásticos los carteles polacos y me daban mucha envidia porque hacer aquí una cosa parecida era totalmente inviable. El que más me gustaba, en cambio, era Saul Bass...


La actividad gráfica de Zulueta se prolongará de forma más o menos regular hasta el cartel de Qué he hecho yo para merecer esto (1984) de Almodóvar; luego, apenas de forma esporádica













En los carteles de Zulueta cobran una especial relevancia el dibujo, el rotulado y la superposición de imágenes, cobijando la matriz -simbólica y narrativa- de la película. Y el trazo de los títulos. Las letras eran su debilidad, el cartel era sólo un pretexto -nunca mejor dicho- para las letras: Lo que más me enrolla de un cartel es que pueda tener unas letras adecuadas, y sin embargo aquí siempre las han considerado un estorbo. Zulueta era otro de esos cineastas de letras.

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