24/10/10

La astronomía de las cosas


Más de una vez, ante la pizarra en un aula, me ha venido a la cabeza la imagen de Morandi con la tiza en la mano impartiendo una clase de dibujo a unos niños del norte de Italia. Y he imaginado una naturaleza muerta en la pizarra de una escuela vacía, que otro/a maestro/a borraría al día siguiente para explicar, pongamos por caso, la función clorofílica.


Giorgio Morandi nació en Bolonia en 1890 y vivió toda la vida allí, en la misma casa y en la misma habitación -a la vez, cuarto y taller-, en compañía de su madre y de sus hermanas Anna, Dina y María Teresa, solteras como él, hasta su muerte en 1964. Morandi consiguió superar en 1913, aunque no sin dificultades, el examen de aptitud para la enseñanza y obtuvo una plaza de maestro. Hasta 1929 dará clase de dibujo en escuelas primarias de pueblos perdidos en la Emilia-Romagna.


A esa época de maestro de escuela de Morandi se refirió así su amigo De Chirico: Para mantener su obra en la pureza, de noche, en las aulas desoladas de alguna escuela elemental, Morandi enseña a los niños las leyes eternas del dibujo geométrico, el fundamento de toda gran belleza y de toda profunda melancolía.


Botellas, tarros, latas de aceite, cajas, jarras, tarros, cuencos... sobre una mesa. Naturalezas muertas que De Chirico definió como una metafísica de los objetos comunes. Un universo destilado a través de formas domésticas. Desnudas, esenciales. Nada es más abstracto que el mundo visible, pensaba Morandi.




Se ha hablado de humildad a propósito de los bodegones de Morandi. Nada de eso. Son humildes los modelos, los cacharros. La pintura... Pocas obras despliegan con tal plenitud el poder magnífico del hecho pictórico. El laconismo de la mirada excesiva.


Una mirada sumergida, decía De Chirico, en la astronomía de las cosas. Una mirada que ensimisma la nuestra en una constelación preñada de fragilidad. Formas en trance de desaparecer, como dibujadas en un encerado. Y firmadas con letra clara de maestro de escuela.

5 comentarios:

  1. "Nada es más abstracto que el mundo visible"...debería ir al cuaderno de necessidades, daniel.

    Un beso

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  2. También me ha interesado mucho la frase que señala Almalaire, pero sólo puesta en relación con esa otra de "la mirada excesiva", que entiendo es la manera en que un artista mira lo que le rodea.

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  3. Las matemáticas detrás -o dentro- de la melancolía. Vimos hace unos días un documental acerca de la ciencia en Dalí, en su obra. Dalí no es santo de mi devoción, no me conmueve. Hablaba de los elementos científicos, matemáticos, en sus pinturas. Estos elementos parecían bastante evidentes, no sostenían su obra, eran su obra. Exactamente lo contrario de lo que cuentas de Morandi.
    Sigo aprendiendo.

    Por cierto, ando leyendo la biografía de Cheever. Se lee como una novela. Interesantísima. Intuyo que tú también estás en ello. O ya has estado. Si me equivoco me dejo crecer la barba.

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  4. Me gusta mucho la mezcla de color y la composición de los objetos.
    Lo cotidiano convertido en arte.
    Un saludo

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  5. No hay objeto o pensamiento que no se pueda plasmar en un lienzo. Solo la sabiduria del maestro y la destreza del alumno hacen que podamos disfrutar de sus intenciones.
    Hermosos bodegones del dia a dia.
    Un abrazo

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