17/1/16

Un don de lejanías


La fotografía de Stieglitz data de 1902 y fue publicada en el primer número de Camera Work, una revista editada por el propio artista, en enero de 1903. Un tren entrando en la estación de carga de Long Island.

The Hand of Man, de Alfred Sieglitz.

No es un tren. Es todos los trenes. Es el tren. La idea del tren. El sueño del tren. El tren de todos los sueños. Tuvieron que pasar cien años por esa fotografía para esfumar la promesa (de progreso, de futuro) de la mano del hombre que la inspiraba y contar, al oído de la mirada, el don delicado de un tiempo íntimo al amparo de la imagen. A salvo de calendarios. Una caligrafía de distancias. Un alfabeto de latitudes. Un don de lejanías. El ensueño del viaje. O el solo deseo de una película.


Una película soñada por la memoria de la infancia, cuando veía pasar el Shanghái (todo el mundo lo pronunciaba "Changái"), el expreso de la noche. Al parecer fue un ferroviario de Monforte quien lo bautizó así en 1950, pensando en El expreso de Shanghai, de Sternberg; pensando, sobra decirlo, en Shanghai Lily, o sea, en Marlene Dietrich. (Nuestro hijo bautizó un fanzine, editado con los colegas allá por el 96 o el 97, como Changhái, para cobijar el fulgor nocharniego de aquel tren que iba tan lejos, como hasta la otra punta de la Península.)


La memoria de la infancia sueña así una película que llevara por título "Lejos de aquí".


El sueño de un tren de cine.

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