Cada vez que la escritura de un guión me aboca a un flashback, me resisto. Por principio (bueno, tenéis razón, por manía). Digámoslo ya, se nos ve el plumero (nunca mejor dicho, nunca más a cuento). Ah, mira tú, qué oportunamente aflora la memoria en algún personaje cuando la historia lo pide, aun cuando hayamos sembrado en el espectador el deseo de ese recuerdo, como se sembró en Casablanca: qué pasó entre Rick e Ilsa que tanto daño le hace a ese hombre su presencia; en fin, que uno suspira por volver a París con Rick e Ilsa. Pues ni así. Que no. (Luego, a veces, uno se rinde o transige, o las dos cosas.)
Desde que la vi, cada vez que un guión pide un flashback pienso en Midaregumo (Nubes dispersas, 1967), la última película de Naruse. O sea, pienso cómo lo hizo Naruse para evitar el flashback o, si se quiere, para mostrarnos una situación en presente y que el flashback lo pusiéramos nosotros, los espectadores; entonces, me digo, qué escena puedo inventar en el presente de los personajes para que el flashback -la escena del pasado- corra por cuenta del espectador.
Con todo, se acaban enamorado... Se acaban enamorando con todo...
Como si el resentimiento y la culpa (que impiden olvidar y olvidarse) echaran leña al fuego de un amor que no pueden consentirse. Hasta que Shiro decide marcharse a otro país, lejos de Yumiko. Entonces ella acude a su encuentro...
Y, al fin juntos, parecen decididos a culminar la tensión amorosa en una descarga de tanto deseo anudado hasta lo insoportable en el curso de la película. Vemos a la pareja en un taxi hacia el hotel.
Tienen que detenerse ante un paso a nivel. Pasa un larguísimo tren de mercancías. El tiempo se dilata. La espera se hace eterna.
Por fin el tren acaba de pasar y el taxi reanuda la marcha.
Entonces se topan con un coche accidentado hace nada.
Un recuerdo lacerante se abre paso en ellos. Pero el taxi llega al hotel.
Y ya solos el deseo desborda y apaga la memoria.
Entonces escuchamos unas sirenas.
Y ven llegar una ambulancia y un par de coches de la policía. De la entrada del hotel sacan en camilla a la víctima del accidente de aquel coche que han visto minutos antes; una mujer llora desconsolada.
Votaré a aquel partido que prometa abolir los flashbacks.
ResponderEliminarQué cosita linda es tu blog!
ResponderEliminarPara hacer de abogado del diablo, y tratar de defender un poco lo indefendible, los flashbacks de Ukigumo se los perdono, a Naruse, excepto quizá el de la violación de Hideko Takamine. Pero claro, en esa peli, "el pasado ni siquiera ha pasado". Pero muy interesante lo que dices de Midaregumo. Pienso también en Bangiku, donde hay algo parecido a lo de Ukigumo, pero en Bangiku no hay flashbacks, creo, y la evocación del pasado por otros medios es también realmente poderosa.
Saludos y gracias por tu blog!