Buscando una cita en Ciudadano Welles -su título original: This Is Orson Welles-, ese libro estupendo que atesora una conversación sostenida a lo largo de varios años entre Peter Bogdanovich y el director de Campanadas a medianoche (algo así como las memorias que Welles nunca escribió), encuentro -de paso- una anécdota a propósito de Cézanne; la recordaba, pero no dónde la había leído, hasta el punto que llegué a pensar que me la había inventado y por eso no me atrevía a traerla a la escuela.
Candice Bergen fotografía a Bogdanovich con Welles
en el rodaje de Catch 22 (1970) de Mike Nichols,
donde el director de Sed de mal interpretaba un papel,
y en los tiempos muertos proseguían la conversación.
Creo que fue a David Fincher, el director de Zodiac, a quien le leí en una entrevista que las películas no se terminan, sólo se abandonan. A Welles, desde luego, le costaba abandonarlas, y menos mal -es un decir- que, como andaba siempre a dos velas, tenía que dedicarse a otra obra: otra película suya, una obra de teatro, un papel en una película de otro -para pagar facturas o procurar fondos para poner en pie nuevos proyectos, o reanudar los inacabados (inacabados para siempre algunos, como su Don Quijote)-. Pero si por él fuera seguiría montando sus filmes... hasta el último aliento. En un momento del libro, Welles le comenta a Bogdanovich que en los estrenos de sus películas se va por una puerta lateral en cuanto empieza la proyección, porque le resulta insufrible no poder cambiar nada.
Welles.- Cuando pongo en escena una obra sigo cambiando cosas hasta la última función. Es terrible verlo todo encerrado para siempre en una lata. Ésa es la razón por la que no veo los estrenos de mis películas.
Bogdanovich.- Supongo que es lo mismo que le ocurre a algunos pintores. Como Cézanne que seguía yendo a las casas de sus clientes después de haberles vendido sus cuadros...
Welles.- ¡Sí! Los dueños olían a pintura fresca y sabían que Cézanne había estado allí. Así es como yo me siento. Me gustaría ir a la cabina de proyección y comenzar a hacer un nuevo montaje.
Bogdanovich.- Griffith lo hizo; durante el estreno de "El nacimiento de una nación", estuvo todo el tiempo en la cabina haciendo cambios.
(La pintura de Cézanne lleva por título Campesino y data de 1891.)
El libro de entrevistas de Peter Bogdanovich a Orson Welles es un tesoro por varias razones: una, el entrevistador sabe de lo que habla y ha meditado mucho las preguntas, cualidades cada día más ausentes en el periodismo, en la radio y en los medios en general. Segunda, las respuestas no sólo son inteligentes, sin perder el sentido del humor, también imprescindible en estos momentos, pero más necesario hoy en todos los que se autodenominan "artistas", sino que evidencian una pasión por el hecho mismo de crear realmente contagiosa. Pero es que además escuchar a Welles es aprender cosas sobre Shakespeare, sí, pero también sobre otros muchos auténticos creadores de todos los ámbitos artísticos. El director americano era un excelente espectador, y sus comentarios sobre Griffith o Ford lo demuestran plenamente, de forma que también se aprende mucho sobre el cine de Welles en particular, y del cine en general. En definitiva, a quienes aman el arte en su sentido más amplio y noble ese libro es, simplemente, imprescindible.
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