Cuenta Vila-Matas que la manía de incluir citas (falsas o no) en sus libros viene de la fascinación por las películas de Godard durante su juventud, con todas esas citas a modo de intertítulos, como en el cine silente, que interrumpían la historia...
Una de esas citas -o intertítulos-
de puño y letra de Godard en Pierrot le fou
Yo me formé en la era de Godard. Eso es algo que debería advertirse en la faja de mis libros a todo aquel que comprara uno de ellos.
Pues nada, avisados quedáis. No vaya a ser...
A Godard le gusta filmar a alguien escribiendo, como vemos en muchas de sus películas, pero además él también se nos muestra en ellas: primero con su voz, leyendo el hermoso cuento de Poe El retrato oval en Vivir su vida, poco después con su propia letra y, finalmente, aparecerá físicamente en la pantalla. Por otra parte, una cosa que me agrada de él es que cuando tiene que hablar de filosofía, rueda a un filósofo de verdad, cuando toca hacerlo de poesía, filma a un verdadero poeta y si de cine se trata, ahí tenemos a Sam Fuller o a Fritz Lang. Eso se llama coherencia, sí, pero es que cuando el espectador oye las palabras del filósofo, del poeta o del cineasta, no puede por menos que pensar que cuanto dicen es verdad, está sustentado en la experiencia que les da el haberse dedicado a cada una de esas artes. Y ese es otro punto para admirar al gran director francés.
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