Hay hambres y hambres.
Hay películas y películas.
Hay miradas y miradas.
Hay cines y cines. Sagrarios de la mirada. La mirada cautiva de Anna Karina ante La pasión de Juana de Arco (1928) de Dreyer en Vivre sa vie (1962) de Godard. Nuestra mirada.
Para mí el "cine" es inmortal y más antiguo que el arte de filmar. Se basa en la comunicación pública de lo que nos "mueve por dentro". En esto el cine y la música están emparentados. No desaparecerán. Aun cuando los proyectores hayan dejado de traquetear, habrá, lo creo con firmeza, algo que "funcione como cine". (Alexander Kluge, 120 historias del cine.)
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