No hay queja. Una buena cosecha este año que acaba. Y no quiere uno ponerle punto final sin cobijar al menos una imagen de aquellas películas que de mil amores hubiera palabreado aquí (como lo hicimos en casa) pero ni siquiera hemos mencionado. Véase el orden -en las más recientes y en aquéllas que podríamos llamar pendientes (o lagunas cinéfilas)- como meramente cronológico, o sea, según las íbamos viendo en el curso del año; varias, más de una vez: Clouds of Sils Maria, Phoenix, Mia madre...
Leviatán (2014), de Andrey Zvyagintsev.
Mr. Turner (2014), de Mike Leigh.
American Sniper (El francotirador, 2015),
de Clint Eastwood.
Mange tes morts (Clan salvaje, 2014), Jean-Charles Hue.
Jauja (2014), de Lisandro Alonso.
Comunistas (2014), de Jean-Marie Straub.
La profesora de parvulario (2014), de Nadav Lapid.
Clouds of Sils Maria (Viaje a Sils Maria, 2014),
de Olivier Assayas.
P'tit Quinquin (2014), de Bruno Dumont.
Puro vicio (2014), de Paul Thomas Anderson.
Phoenix (2014), de Christian Petzold.
La paloma se posó en una rama
a reflexionar sobre la existencia (2014),
de Roy Anderson.
La folie Almayer (2011), de Chantal Akerman.
Mia madre (2015), de Nanni Moretti.
Paulina (2015), de Santiago Mitre.
Inside Out (Del revés, 2015),
de Pete Docter y Ronnie del Carmen.
Ciencias naturales (2014), de Matías Lucchesi.
No Home Movie (2015), de Chantal Akerman.
Y ahora esas películas -algunas añejas- a las que por fin pudimos ponerle los ojos encima.
Boy Meets Girl (1984), de Leos Carax.
Nénnette et Bonie (1996), de Claire Denis.
Límite (1931), de Mario Peixoto.
Contactos (1970), de Paulino Viota.
Singularidades de una chica rubia (2009),
de Manoel de Oliveira.
Daisy Kenyon (1947), de Otto Preminger.
León Morin, sacerdote (1961), de Jean-Pierre Melville.
Seguro que unas cuantas -ahora sólo candelas que alumbran los días ya cumplidos- volverán el año entrante a colmar otros tantos domingos. Esperemos a ver. Y se verá.
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