Esta escuela ha adelgazado lo suyo. Y casi sólo abre los domingos. Se ha vuelto muy literal ella. El caso es que no está uno para más trotes, y menos aún largos. Y se van quedando por el camino películas que nos han gustado (las hubo que incluso mucho), y no por otras razones, sino por falta de domingos. Qué menos, entonces, que mencionarlas aquí cuando el año se va. Para lo que sea menester. Aunque basta el aquel de recordar algunas cosas (memorables) que hemos visto este 2014... Entre las más (o menos) recientes:
Boyhood, de Richard Linklater.
Vidros partidos, de Víctor Erice.
Misterios de Lisboa, de Raúl Ruiz.
Winter Sleep, de Nuri Bilge Ceylan.
El desconocido del lago, de Alain Guiraudie.
Frances Ha, de Noah Baumbach.
Bullhead, de Michaël R. Roskam.
Ida, de Pawel Pawlikowski
Más allá de las colinas, de Cristian Mungiu.
Costa da morte, de Lois Patiño.
Un toque de violencia, de Jia Zhang-ke.
Mapa, de León Siminiani.
Los canallas, de Claire Denis.
Hermosa juventud, de Jaime Rosales.
Después de mayo, de Olivier Assayas.
Killer Joe, de William Friedkin.
Misterios de Lisboa, de Raúl Ruiz.
El desconocido del lago, de Alain Guiraudie.
Arraianos, de Eloy Enciso.
Costa da morte, de Lois Patiño.
The Immigrant (aquí, El sueño de Ellis), de James Gray.
Une histoire seule, de Xurxo Chirro.
El congreso, de Ari Folman.
Y entre los gozosos descubrimientos de viejas películas, tan radiantes:
El gran desfile, de King Vidor.
Breaking Point, de Michael Curtiz.
Pitfall, de André De Thot.
Where the Sidewalk Ends, de Otto Preminger.
Scandal Sheet, de Phil Karlsson.
Berlin Express, de Jacques Tourneur.
Meshi, de Mikio Naruse.
El héroe sacrílego, de Mizoguchi.
Las señoritas de Rochefort, de Jacques Demy.
Quién sabe si volverán -y cuáles- a iluminar las horas de un domingo cualquiera.
Me las apunto, como siempre. Un abrazo.
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