9/10/14

Las calles oscuras de la memoria (de Modiano)


Me gusta mucho Modiano. Dora Bruder, En el café de la juventud perdida, Reducción de condena, Un pedigrí, Calle de las tiendas oscuras... Cito sus libros por el orden que los leí, desde hace unos cuatro o cinco años. Digamos que fue un descubrimiento tardío. Pero feliz. El Nobel no lo hace más grande, quizá así le encuentren nuevos lectores (estupendo), pero como el año pasado con Alice Munro nos alegra que premien a uno de los nuestros.

Patrick Modiano, en un retrato de  Daniel Mordzinski.

Modiano escribe con pluma porque...
El hecho de escribir es ya algo tan abstracto que tengo la necesidad de un objeto sólido que me ancle a la materia, si no todo es muy virtual.
Y escribe como un detective -o como un arqueólogo en las ruinas- de la memoria:
[Mi obra] son trocitos. Como en la memoria, las cosas vienen a golpes, de repente, desordenadamente. 
Cada novela deviene una tentativa de encontrar -y rescatar- hebras del pasado, apenas unos hilvanes con las que tejer un texto en el telar -tan frágil, tan incierto- de la memoria. En Calle de las tiendas oscuras leemos:
Estaba obsesionado con el hecho de que a menudo, de nuestras vidas, sólo quedan algunas briznas: unas pocas fotos, alguna agenda, los testigos desaparecen, y los que quedan dan falsas indicaciones, sus recuerdos no son exactos.
Y en Dora Bruder:
Es terrible ver cómo todo se pierde.
Pero quizá sea la naturaleza efímera, borrosa, de la memoria el estímulo que necesita Modiano para lanzarse a la ventura:
Para que me vengan las ganas de escribir algo, tengo la necesidad de que las cosas resulten enigmáticas.
En esa frontera entre la memoria y el sueño aflora el señuelo de una búsqueda, el aguijón de la pesquisa, al fin y al cabo...
La novela negra es onírica.
Lo onírico y lo memorioso en la obra de Modiano representan un logro de la claridad a través de la economía expresiva:
Una frase corta, algo lineal, es el único modo, para mí, de captar lo onírico, porque para dar esa impresión de un sueño interrumpido, en el que entra alguien por sorpresa, necesito frases muy concretas, al igual que en algunos cuadros surrealistas, como los de Magritte, todo es muy preciso pero la impresión global es de sueño. Eso son mis frases cortas...
Modiano se adentra en las calles oscuras de la memoria como un detective, por eso sus novelas tienen un aire de novela negra, de polar francés. Un detective -un arqueólogo- con las horas contadas, en guerra contra la devastación del tiempo:
El paso del tiempo es una masacre, como un bombardeo. Desaparecen cafés y librerías, todo se convierte en tiendas de ropa de marca.
Desaparecen los cines. Modiano también escribe de vez cuando guiones, pongamos por caso el de Lacombe, Lucien (1974) con Louis Malle. Hace unos años encontré en youtube esta pieza de 1990:



Modiano recorre un supermercado donde antes había un cine, intentando rescatar entre sus anaqueles de mercancías los restos de su memoria cinéfila: Creo que aquí estaba la pantalla... Evocando las películas que lo conmovieron en aquel cine, Los cuatrocientos golpes de Truffaut...
Cuando veía los primeros filmes de Godard, tenía la impresión de que los veía ya en el pasado...
En las ruinas del tiempo.  

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