Me enteré el martes: el domingo pasado murió la gran Machiko Kyō. La Masako de Rashômon (Akira Kurosawa, 1950).
La Kesa de Jigokumon (Teinosuke Kinugasa, 1953).
La Mickey de Akasen chitai (Kenji Mizoguchi, 1956).
La Sumiko de Ukikusa (Yasujiro Ozu, 1959).
Los hay que la ven como una película menor. Qué poco sentido tiene ese adjetivo cuando hablamos de la obra de un gigante. Algo menor de Mizoguchi deviene algo enorme, una avenida de maravillas.
Pero fue ponerle los ojos encima a los ojos de Machiko Kyō en Rashômon (iluminada por Kazuo Miyagawa, el director de fotografía cómplice de Mizoguchi en los 50)...
A los ojos de Masako...
Y pensé que eran el mejor homenaje que hoy le podemos rendir a la inolvidable Machiko Kyō.
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