Después de más de un año sin cartas a Milena, Kafka le escribe a finales de marzo de 1922 una de las últimas, una carta sobre las cartas, sobre las relaciones por correspondencia.
Copio unas líneas (en una traducción de Carmen Gauger):
La fácil posibilidad de escribir cartas tiene que haber traído al mundo -visto sólo teóricamente- un horrible trastorno de las almas. Es, en efecto, una relación con espectros, y no sólo con el espectro del destinatario, sino también con el propio espectro, que se le va formando a uno, sin darse cuenta, en la carta que escribe o incluso en una serie de cartas, en la que una carta confirma la otra y puede invocarla como testigo. ¡A quién se le habrá ocurrido pensar que la gente podría relacionarse por correspondencia! Se puede pensar en una persona lejana y se puede tocar a una persona cercana, todo lo demás supera las fuerzas humanas. Pero escribir cartas significa desnudarse delante de los espectros, cosa que ellos esperan ansiosos. Los besos escritos no llegan a su destino sino que los espectros se los beben por el camino. Con una alimentación tan sustanciosa se multiplican enormemente. La humanidad lo percibe y lucha contra ello; para eliminar en lo posible lo espectral entre los hombres, y lograr el contacto natural, la paz de las almas, ha inventado el ferrocarril, el automóvil, el aeroplano, pero ya no hay ayuda posible, son manifiestamente inventos hechos ya en el despeñadero; la parte contraria es mucho más serena y fuerte, ha inventado, después del correo, el telégrafo, el teléfono, la telegrafía sin hilos. Los fantasmas no morirán de hambre, pero nosotros nos iremos a pique.Hay que ver la creatividad de la parte contraria: emails, facebook, wasaps, twits...
Los fantasmas se están poniendo las botas.
¡Ay de nosotros!
Las cartas de Kafka son lo mejor que le ha pasado al género epistolar en el último siglo. Sin los cientos de carta a Felice, las dirigidas a Milena o a otras personas no se puede ver la grandeza del escritor checo. En ellas es posible encontrar reflexiones, poemas, amores, odios, literatura, cine y mil cosas más; todas con la palabra, el instinto y la curiosidad de ese gran hombre y mejor persona que ayuda a la niña que ha perdido su muñeca en el parque ( como ha contado Daniel tiempo atrás en otra entrada de este blog).
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