13/3/16
Ofrenda
Una de mis fotografías de rodaje preferidas. Alguna otra me gusta tanto, pero ninguna más que esta. (No es la primera vez que viene a la escuela.)
Birgitte Federspiel con Dreyer en el rodaje de Ordet. Por él, ella es Inger. Por nosotros.
No conozco otra fotografía de rodaje que muestre de forma más elocuente la entrega de una actriz a un director.
Hay pocas imágenes que destilen con tanto fervor el deseo de ser filmada, de encarnar el deseo del cineasta, de transfigurarse en carne de cine.
Casi me atrevería -y me atrevo (¿por qué no?)- a hablar de inmolación en el altar del cine. Para que algo arda en la pantalla.
Aún hay otra palabra que viene a cuento: sacrificio, es decir, hacer que algo se vuelva sagrado, o sea, consagrar una película con una entrega abnegada. Una ofrenda.
Birgitte Federspiel estaba embarazada y se sorprendió cuando, aun así, Dreyer le dio el papel, pero el cineasta veía su embarazo como una ventaja para encarnar a Inger, embarazada también.
La actriz dio a luz hacia el final del rodaje de Ordet y dejó (quizá habría que decir quiso) que Dreyer grabara los dolores de parto que se escuchan en la película cuando Inger da a luz.
En realidad, Birgitte Federspiel -en el aquel de ser (para siempre) Inger- se nos ofrenda en la pantalla. Como un milagro hecho cine. Dreyer sólo era un médium. El nuestro.
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Ufff... Nada a añadir. Impresionante fotografía, bellísimo texto...
ResponderEliminarApenas agradecer...