19/1/20

El destiempo


El cine porfía en auscultar lo visible y aprehender el latido de lo invisible.

En la procura de una ventana (por pequeña que sea) para mirar lo que no se ve. 

Mirar lo que (ya o aún) no está ahí. 

Fulgores de otro tiempo (pretérito o venidero). 

Lo vivido. El anhelo y la promesa. La profecía y el presagio. El recelo y la malicia. La mentira y el enredo. El tormento y la esperanza. La dicha y el espanto. Lo perdido.

Shopworn ((1932), de Nick Grinde.

Magnificent Doll (1946), de Frank Borzage.

Daisy Kenyon (1947), de Otto Preminger.

The Bitter Tea of General Yen (1932), de Frank Capra.

Akutarô (1963), de Seijun Suzuki.

Odds Against Tomorrow (1959), de Robert Wise.


Vargtimmen (1968), de Ingmar Bergman.

La baie des anges (1963), de Jacques Demy.

 L'avventura (1960), de Michelangelo Antonioni.


Stella Dallas (1937), de King Vidor.

The Innocents (1961), de Jack Clayton.

Limelight (1952), de Charles Chaplin.

Kono ten no niji (1958), de Keisuke Kinoshita. 

Le beau Serge (1958), de Claude Chabrol.

Us Go Home (1994), de Claire Denis.

Quatre nuits d'un rêveur (1971), de Robert Bresson.

Before Sunrise (1995), de Richard Linklater.

Le soldatesse (1965), de Valerio Zurlini.

Le bonheur (1965), de Agnès Varda.

Zemlya (1930), de Aleksandr Dovjenko.

Boy Meets Girl (1984), de Leos Carax.

Marnie (1964), de Alfred Hitchcock.

In a Lonely Place (1950), de Nicholas Ray.

Phoenix (2014), de Christian Petzold.

Cat People (1942), de Jacques Tourneur.

Twin Peaks: Fire Walk with Me (1992), de David Lynch.

The Americans (2013-2018), de  Joseph Weisberg.

Der blaue Engel (1930), de Josef von Sternberg.

Flesh and the Devil (1926), de Clarence Brown.

Teorema (1968), de Pier Paolo Pasolini.

Too Late for Tears (1949), de Byron Haskin.

Sudden Fear (1952), de David Miller.

Vértigo (1958), de Alfred Hitchcok.

Gun Crazy (1950), de Joseph H. Lewis.

Ver lo que se esconde en lo visible: la vocación mística del cine (de la que habla Eugène Green).

Con los ojos abiertos, arrancados del ahora por un ayer o un mañana que arrebata la mirada, alumbra el cine atisbos de lo invisible por fugaces que sean.

Ventanitas al destiempo.


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