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10/5/20

Pieni sydän


En el undécimo verso de la segunda estrofa de la cuarta elegía de Duino,
Wer saß nicht bang vor seines Herzens Vorhang?
Rilke se/nos pregunta:
¿Quién no se sentó con miedo ante el telón de su corazón?
Algunos traductores (Eustaquio Barjau o Ernesto Castro) coinciden en el miedo; pero hay quien prefiere pánico (Jaime Ferreiro Alemparte) o quien elige angustia (Juan José Domenchina) y quien escoge inquietud (José Joaquín Blanco). Hay bastante acuerdo en traducir vorhang como telón, aunque Domenchina opta por retablo.

Rilke se/me/nos pregunta por la experiencia de cada uno como espectador ante la obra que le/me/nos depara el corazón.

Creo que vorhang también se podría traducir por velo o por pantalla. El desasosiego a la hora de levantar el velo de nuestro corazón, entonces.

La expectación por la película que va a proyectarse se carga de zozobra.


Ahí por el minuto 50 de la bellísima Mies vailla menneisyyttä (El hombre sin pasado, 2002), de Aki Kaurismäki, escuchamos una de las canciones preferidas del cineasta, Pieni sydän (Pequeño corazón), compuesta por Walter Rae (en realidad se llamaba Valto Tynnilä) y Tatu Pekkarinen, en la voz de la gran cantante finlandesa Annikki Tähti, que la grabó en 1955 y en la película encarna a la gerente de la tienda de ropa usada del Ejército de Salvación.


La acompaña la banda de la ong, en realidad la banda de Marko Haavisto y Poutahaukat. (Creo que si algún día vuelvo a encontrarme con Aki sólo hablaremos de las canciones de sus películas -cardinalmente musicales casi todas-; de Pieni sydän, que cifra, en gran medida, su poética.)


El corazón humano es pequeño, dice la canción, pero un vasto territorio inexplorado, donde encuentras sueños y delirios, felicidad y nobles ideales, mundos de odio y de amor, la alegría, la gloriosa pasión, las flechas envenenadas del dolor y las penas innumerables,  emociones ardientes y helados sentimientos. Todo eso se puede encontrar en el más pequeño de los corazones, todo cuanto el destino nos procura.

La de cine que puede anidar.


Cómo no vamos a experimentar desasosiego, ahí sentados, ante la función más íntima que podamos imaginar.

A una gran canción o a una gran película le basta por compás el latido de un pequeño corazón. Pieni sydän.

23/2/20

Antes del último


Hace diecinueve años que dejé de fumar (bueno, casi, faltan unas semanas para cumplirlos).

Road House (Jean Negulesco, 1948)

Llevaba fumando más de treinta. 


Sobra decir que me costó lo suyo los primeros meses de abstinencia (ayudó que Ángeles lo dejara unas semanas antes). Ahí gasté la reserva de fuerza de voluntad que me quedaba (habas contadas, la verdad). Pero me seguía gustando ver fumar en el cine. Y, superada la adicción (creo), aun más. Como ahora. 

The Addiction (Abel Ferrara, 1995)


Coffee and Cigarettes (Jim Jarmusch, 2003)

Babe Face (Alfred E. Green, 1933)



Woman on the Run (Norman Foster, 1950)

Crime Wave (André De Toth, 1953)

Wanda (Barbara Loden, 1970)

Cronaca di un amore (Michelangelo Antonioni, 1950)

Le jour se lève (Marcel Carné, 1939)

Blue in the Face (Paul Auster y Wayne Wang, 1995)

Criss Cross (Robert Siodmak, 1948)


Gun Crazy (Joseph H. Lewis, 1950)

Gilda (Charles Vidor, 1943)

Loulou (Maurice Pialat, 1980)

Double Indemnity (Billy Wilder, 1944)

Ida (Pawel Pawlikowski,  2013)

Die Ehe der Maria Braun (Rainer W. Fassbinder, 1979)

Les hautes solitudes (Philippe Garrel, 1974)


Carol (Todd Haynes, 2015)

Eva (Joseph Losey, 1962)

Tomorrow Is Another Day (Felix Feist, 1951)

La peau douce (François Truffaut, 1964)

Bamui haebyun-eoseo honja (Hong Sang-soo, 2017)


La de cosas que cuenta fumar. Y cuánto le gusta al cine contarlas.

Les rendez-vous d'Anna (Chantal Akerman, 1978)

Blonde Venus (Joseph von Sternberg, 1932)

Fin août, début septembre (Olivier Assayas, 1998)

Kansas City Confidential (Phil Karlson, 1952)

Max et les ferrailleurs (Claude Sautet, 1971)


Out 1 (Jacques Rivette, 1971)

Millennium Mambo (Hou Hsiao-hsien, 2001)

La maman et la putain (Jean Eustache, 1973)


Mogambo (John Ford, 1953)

Riso amaro (Giuseppe De Santis, 1949)

Smoke (Wayne Wang, 1995)




Ren xiao yao (Jia Zhang-ke, 2002)


Twin Peaks: Fire Walk with Me (David Lynch, 1992)


Fa yeung nin wa (Wong Kar-wai, 2000)

Shadow of a Doubt (Alfred Hitchcock, 1943)


Road House (Jean Negulesco, 1948)

Nikutai no mon (Seijun Suzuki, 1964)

Al cine le gusta el humo. 

Amarcord (Federico Fellini, 1973)

Y destila el aquel de fumar como una forma de erotismo.

2046 (Wong Kar-wai, 2004)

Había momentos donde un cigarrillo sentaba de maravilla. Después del cine. 

Out of the Past (Jacques Tourneur, 1947)

No recuerdo la última vez que fumé. No fui consciente en ese momento de que era el último, como Bob/Jim Jarmusch en Blue in the Face:
Los cigarrillos son algo así como un recordatorio de tu mortalidad, de alguna manera. Cada calada es como un momento que pasa, un pensamiento que pasa. Fumas y el humo desaparece. Te recuerda que vivir también es morir. No sé, voy a echarlos de menos. Pero, de todos modos, éste es el último.
Lo dejé nada más despertarme por la mañana. Así que fue la noche anterior. Con toda probabilidad después de ver una película. No recuerdo cuál antes del último.